LEYENDA: EL JUICIO DIVINO
«La célebre frase: «Allá van leyes, donde quieren reyes», proviene precisamente del disgusto que la citada decisión real causo a un pueblo que hubiera preferido la implantación nacional de sus particulares y tradicionales prácticas religiosas»
FICHA TÉCNICA
Nombre de la Leyenda: El Juicio Divino.
Lugar de la Leyenda: Plaza de Zocodover.
Ciudad: Toledo.
Autor de la versión: Santiago Galiano.
LEYENDA
La Plaza de Zocodover, el lugar de toda clase de celebraciones, colmada con una muchedumbre de toledanos ricos y pobres, hembras y varones, viejos y jóvenes… toda la población cristiana acompañada de no pocos hebreos y moriscos como curiosos espectadores, se había preparado para la celebración del juicio divino.
Los dos grandes misales, el romano y el gótico, serían arrojados a una gran hoguera a fin de conocer la sentencia del cielo; el libro que se salvase de las llamas sería el que habría de fijar el rito a seguir en la Iglesia toledana.
¿Qué pasó cuando los dos libros fueron arrojados al fuego por orden del rey allí presente?…
Que el misal mozárabe salió despedido de la hoguera a la velocidad del rayo y el romano ardió hasta quedar hecho cenizas. Desde entonces (1.086) la misa en rito hispano-godo se sigue celebrando en Toledo, y solo en Toledo debido al privilegio concedido por El Vaticano, lo que viene a ser como una traducción de la fogata de La Plaza de Zocodover, ya que poco después el mismo Alfonso VI tuvo que decretar la abolición del rito gótico en el resto de su reino con el fin de armonizar una vez más las relaciones político religiosas.
La célebre frase: «Allá van leyes, donde quieren reyes», proviene precisamente del disgusto que la citada decisión real causo a un pueblo que hubiera preferido la implantación nacional de sus particulares y tradicionales prácticas religiosas. La frase, como se puede apreciar, es una especie de mezcolanza hecha a base de unas gotas de irónica crítica política y un torrente de sentimiento y fe religioso.