martes, noviembre 29, 2022

Leyenda de Santa Leocadia

LEYENDA DE SANTA LEOCADIA




 

«Ordenó su encierro en una oscura mazmorra de la prisión pretoriana (cárcel de un emperador romano) y se la sometiese a tormento. Fue azotada atada a una columna, lo que lejos de considerarlo como elemento de tortura, Leocadia lo recibía como el gran privilegio de tener el mismo castigo que sufriera Jesucristo»

 

FICHA TÉCNICA

 

·       Nombre de la Leyenda: Leyenda de Santa Leocadia.

·       Siglo de la Leyenda: Siglo IV.

·       Ciudad: Toledo.

·       Autor de la versión: Santiago Galiano.

 

LEYENDA

¿Quién fue esta Santa, martirizada y muerta en su más tierna juventud?

Perteneció a una notable familia cristiana del siglo IV, su padre, Leocadio, y su tío, Melancio, eran sobrinos del famosísimo obispo de Córdoba, Osio. En el Toledo Romano, donde nació ella hacia el año 304, su tío ejerció de obispo y su padre de gobernador, nació pues Leocadia en un ambiente de selección social y de abundancias, lo que no impidió que nada más alcanzada su juventud hiciera votos de castidad ante su tío el obispo y se entregara en cuerpo y alma a cumplir con el mandato evangélico de la caridad.

Sus riquezas, lo que podía distraer de su opulenta casa, eran destinadas a sufragar la campaña que había emprendido en favor de los pobres y los enfermos, a los que atendía personalmente sin hacer ascos de las repugnantes heridas de los más afectados.

Cuando la joven Leocadia, más bien la niña, pues al morir no tenía más de quince años, se afanaba en repartir bienes materiales y espirituales con la mejor y más positiva de las funciones sociales, una nueva y cruel persecución contra los cristianos fue decretada por el emperador Dicoleciano, quién, con objeto de contener el constante incremento de cristianos, envió a Hispania a un no menos cruel gobernador de nombre Daciano.

Este gobernador fue el que interrogó y castigó a Leocadia con presiones de todo tipo a fin de conseguir que abandonara el cristianismo, para presentarla como ejemplo a los seguidores de la Iglesia cristiana. Varios intentos se sucedieron durante largas sesiones sin que la joven mártir consintiese, ni ante los ruegos del padre ni ante las amenazas del cónsul Daciano, quién vencido por tan firmes negativas y acosado por una predicación evangélica, ordenó su encierro en una oscura mazmorra de la prisión pretoriana y se la sometiese a tormento. Fue azotada atada a una columna, lo que lejos de considerarlo como elemento de tortura, Leocadia lo recibía como el gran privilegio de tener el mismo castigo que sufriera Jesucristo.

Finalmente murió, como se ha dicho, con sus labios pegados a la cruz que ella misma grabó en la húmeda roca del calabozo. Sus despojos fueron arrojados a la calle desde lo alto del castillo romano donde fueron recogidos por algunos agradecidos pobres y enterrados en el lugar de la Vega Baja donde más tarde se construyó la basílica de su nombre y donde se apareció a los allí reunidos.

La tradición añade algo verdaderamente hermoso, Recesvinto, antes de que desapareciera la Santa, entregó su puñal a San Ildefonso a fin de que este pudiese cortar un trozo de su velo y poder guardarlo como recuerdo.

jueves, noviembre 24, 2022

Leyenda... La mezquita de afuera

LEYENDA: LA MEZQUITA DE AFUERA


«Un buen día llegó hasta él la noticia de estar preparándo un diabólico plan. Se trataba de impregnar los pies del Cristo con un potente veneno que sin duda, habría de matar a los devotos que diariamente se acercaban a besarlos»


FICHA TÉCNICA


·       Nombre de la Leyenda: La Mezquita de Afuera.

·       Siglo de la Leyenda: Siglo XI.

·       Lugar de la Leyenda: Mezquita del Cristo de la Luz.

·       Ciudad: Toledo.

·       Autor de la versión: Santiago Galiano.


LEYENDA

Un judío llamado Abisaín no podía disimular su odio creciente a todo lo que hiciera referencia a Jesucristo, ya que, como todos sabemos, la venida de Cristo al mundo rompió la tradición y la religión seguida por los judíos, ruptura que supuso entre ellos la aparición del núcleo cristiano, que rendirá culto a un falso Mesías.

Pues bien; un buen día llego hasta él la noticia de estar preparándose un diabólico. Se trataba de impregnar los pies del Cristo con un potente veneno que sin duda, habría de matar a los devotos que diariamente se acercaban a besarlos.

Cuando todo contento marchaba hacía la ermita con el propósito de gozar con el exterminio de sus enemigos, uno de los autores salió a su encuentro para aconsejarle que cambiara de rumbo y huyera lo más rápido posible, ya que la imagen del crucificado retiraba el píe siempre que se aproximaban los labios de los fieles.

Y ya se sabe, descubierto el veneno…, persecución de judíos. Todo el día estuvo vagando por los campos de Safont. Ya anochecido regresó a su casa por la Puerta de Valmardón con el fin de pasar por la ermita de aquel Cristo que seguía condenándolos al destierro. Este Cristo traidor merecía ser eliminado «desvariaba Abisaín» y para conseguirlo no se le ocurrió mejor cosa que clavarle un dardo con la incontenible furia del fanático. El Cristo, de madera y de reducidas dimensiones, lanzó un gemido al recibir el golpe y cayó al suelo apagando la lamparilla que le alumbraba con su luz y le daba su nombre.

Abisaín guardo el crucifico bajo su capa y marchó a su casa con paso apresurado ¿Qué hacer con aquel madero? ¿Quemarle? ¡No! Las llamas atraerían la atención del vecindario a aquellas horas de la noche. De momento no se le ocurrió mejor idea que esconderlo entre las basuras amontonadas en el patio….

Fue a la mañana siguiente cuando Abisaín se llevó la peor y más grande de las sorpresas, unas voces que provenían de la calle interrumpieron su sueño matinal, voces de aquel gentío que acompañaba a los agentes de la autoridad que traían la orden de arrestarlo como ladrón y profanador de la ermita. El hebreo fue condenado a morir lapidado (ya sabéis, a pedrada limpia), Pero… ¿Cómo y por qué fue descubierto con tanta rapidez? Muy sencillo, el Cristo de la Luz no dejó de sangrar por la herida que le había producido el saetazo, sangre que fue goteando durante todo el recorrido hasta llegar al mismísimo basurero en el que fue escondido. Y con seguir el rastro… pues eso.

miércoles, noviembre 23, 2022

martes, noviembre 22, 2022

Leyenda del mazapán

LEYENDA: EL MAZAPÁN


«Cuenta esta vieja Leyenda de Toledo que las Monjas del Convento de San Clemente buscando la forma de saciar el hambre -que en aquella época era terrible- tenían en su despensa unos sacos de almendras traídas de los cercanos cigarrales y otros tantos de azúcar, no sabían qué hacer con ellos y al mezclarlos prepararon una pasta, dando con la receta del Mazapán.»

 

LEYENDA

Tras la conquista de Toledo por los árabes, y lo asolada que se encontraba la ciudad, trajo consigo las enfermedades -la peste sobre todo- y la fiel compañera de los días tras las batallas: la hambruna.

El hambre se apoderó de cada rincón de la ciudad, de cada calle y de cada casa. Cuando los hombres salían a por comida para sus familias, llegaban con las manos vacías, no quedaba nada más que miseria por donde quiera que fueran.

Cuenta esta vieja Leyenda de Toledo que las Monjas del Convento de San Clemente buscando la forma de saciar el hambre -que en aquella época era terrible- tenían en su despensa unos sacos de almendras traídas de los cercanos cigarrales y otros tantos de azúcar, no sabían qué hacer con ellos y al mezclarlos prepararon una pasta, dando con la receta del Mazapán. Según sigue este cuento, de esta forma evitaron que los toledanos se murieran de hambre, ya que corrió como pólvora el invento y así pudieron resistir hasta días más felices.

En fin, no deja de ser una Leyenda de Toledo como tantas otras, ¿Fantasía o Realidad? Según las fechas en que se manejan los datos, no cuadran los años con el convento y las almendras de los cigarrales.



 



martes, noviembre 15, 2022

LEYENADA.... Las Cuevas de Hércules.

LEYENDA: LAS CUEVAS DE HÉRCULES


«Custodiando los tesoros que el mismo Hércules había depositado en el fondo de Cueva, se dispuso a derribar una a una las siete puertas que cerraban el camino de las riquezas a cualquier osado dispuesto a apoderarse de ellas»

FICHA TÉCNICA


·       Nombre de la Leyenda: Las Cuevas de Hércules.

·       Siglo de la Leyenda: Siglo XI.

·       Lugar de la Leyenda: Mismo lugar.

·       Ciudad: Toledo.

·       Autor de la versión: Santiago Galiano.

 

LEYENDA


Dice que el tal Don Rodrigo, creía más en el poder que emana de la posesión de riquezas materiales que en aquel que se desprende de las acciones de un buen gobierno, ¿Sería esa su máxima?

Los toledanos inventaron la leyenda de un rey codicioso que, venciendo los grandes temores a los múltiples monstruos y espíritus que moraban en la cueva, custodiando los tesoros que el mismo Hércules había depositado en el fondo de la misma, se dispuso a derribar una a una las siete puertas que cerraban el camino de las riquezas a cualquier osado dispuesto a apoderarse de ellas; y no era para menos, pues se trataba de un montonazo de joyas con las más grandes y puras piedras preciosas, todo un dineral en monedas de oro, y… nada menos que la Mesa de Salomón, construida con rico jaspe y sostenida por 3 ó 5 píes de pura esmeralda.

Ya nos podemos figurar como se sentiría Don Rodrigo con tan solo imaginar la posesión de aquel tesoro…, ¡el dueño del mundo!. Sin hacer caso a las noticias que circulaban por Toledo acerca de los sucesivos avariciosos que habían emprendido la aventura, sin que hubieran regresado jamás, tomó la decisión de ser el mismo el que pusiese fin a tan ingenuos temores; uno a uno fue rompiendo los siete grandes candados que cerraban las puertas hasta que abierta la ultima ¿sabéis lo que encontró?. Pues solamente un cofre con un sencillo pergamino en su interior notificándole que…

«Rey has sido por tu male, que el rey que esta casa abriere a España tiene quemare».




jueves, noviembre 10, 2022

Leyenda... El Baño de la Cava

LEYENDA: EL BAÑO DE LA CAVA


«Conseguido el festín, la joven recibiría el sobrenombre de La Cava (insulto). Honor mancillado que requería una justa venganza; he ahí las razones que asistieron a la defección de Don Julián»


FICHA TÉCNICA


·       Nombre de la Leyenda: El Baño de la Cava.

·       Siglo de la Leyenda: Siglo XI.

·       Lugar de la Leyenda: Torreón del Río Tajo.

·       Ciudad: Toledo.

·       Autor de la versión: Santiago Galiano.

 

LEYENDA


El conde Don Julián, con alto cargo en el norte africano, había enviado a su hija Florinda a la corte toledana en la que sin duda podría encontrar mejores partidos y una más refinada educación. La hermosa doncella acostumbraba a bañarse al pie de aquel puente de barcas, que entonces había en los parejos del actual Puente de San Martín, y del que aún se conserva una parte de su cordón defensivo y uno de los torreones de enganche.

Un buen día, Don Rodrigo descubrió el apetitoso cuerpo de Florinda y, como hombre que acostumbra a alcanzar todo lo que apetece o interesa, se dispuso a degustarlo al precio que fuera… Conseguido el festín, la joven recibiría el sobrenombre de La Cava (insulto). Honor mancillado que requería una justa venganza al más puro estilo de la Sippe goda; he ahí las razones que asistieron a la defección de Don Julián.

Continua la leyenda con una segunda parte más tenebrosa. Florinda bajaba al río a diario a llorar sus «vergüenzas», penitencia que no interrumpió hasta caer muerta de dolor en aquel mismo lugar.

Poco después los vecinos comenzaron a ver dos fantasmales espectros que aparecían en lo alto del torreón, figuras difuminadas de hombre y mujer que permanecían toda la noche con la vista clavada el uno en el otro Esta escena se sucedía de tiempo en tiempo y siempre coincidía con terribles tormentas y riadas que arruinaban les cosechas de los pobres colonos ribereños quienes guiados por su fe acudieron a un santo ermitaño de los cerros cercanos a pedirle se pusiera en oración y rogase a Dios el fin de tan siniestras apariciones.

Cuando el viejo ermitaño se dispuso a orar, la misma Florinda se le apareció para rogarle, también ella, intercediera con sus rezos en favor de su alma arrepentida. Y el milagro se produjo; los despojos de Florinda, cuyo cuerpo había quedado abandonado en el torreón desde su fallecimiento, se recompusieron con la misma hermosura de su juventud y, ante las maravilladas miradas de los fieles toledanos, aquel atractivo cuerpo avanzó pacíficamente hasta sumergirse en las aguas del Río Tajo. Desde entonces nadie ha vuelto a ver fantasmas por allí. Florinda había sido perdonada.

Don Rodrigo murió o en la Batalla del Guadalete, la que abrió a los musulmanes las puertas de España, o algo mas tarde, en cualquiera de las subsiguientes refriegas mas al interior. No se sabe con el rigor que requiere la historia.