LA CAMPANA GORDA
El gran tamaño de esta campana hizo que desde el principio los toledanos inventáramos algunas curiosas leyendas, surgidas de ciertos hechos curiosos que sucedieron desde su instalación en la torre.
De su tamaño se dijo que:
Para campana gorda la de Toledo, en la que caben siete sastres y un zapatero, también la campanera y el campanero.
Cuenta la leyenda más extendida que la primera vez que se hizo sonar (un 8 de diciembre de 1755) se oyó a kilómetros de distancia y numerosos vidrios de ventanas de Toledo se rompieron por la intensa vibración. También que algunas mujeres embarazadas, debido al enorme estruendo, se pusieron de parto.
Pero sobre todo el efecto de hacerla sonar más terrible para la campana fue que se comenzó a abrir una raja en uno de sus laterales, posiblemente debido a un error de fabricación. Con el tiempo, la rotura llegó a alcanzar los 1,5 metros que tiene en la actualidad, y nunca se pudo reparar ni fue sustituida.
Algunos cotilleos entre los toledanos quisieron ver en esta rotura la mano del cardenal, para evitar que los tañidos siguieran causando tantos sobresaltos como los acaecidos cuando sonó por primera vez.
Incluso el gran escritor de cuentos Hans Christian Andensen, autor de “La Sirenita” o “El patito feo”, en un viaje en 1862 a Toledo, dejó escrita esta leyenda sobre “la Campana Gorda”:
“Cuenta la leyenda que el sonido de las campanas llegó al cielo; San Pedro creyó que venía de su iglesia de Roma, pero cuando vio que no era ese el caso, sino que en Toledo estaba la campana más grande de todas, se enfadó y arrojó una de sus llaves contra la campana, rajándola, como puede verse todavía.”